> ÍNDICE:
> EL DISEÑADOR
> EL PROCESO DE DISEÑO
> EL DOSIER INFORMATIVO, DESARROLLO DE CONCEPTOS Y MATERIALIZACIÓN DE IDEAS
> CONSEJOS PRESENTACIÓN
> SEGUIMIENTO DEL DISEÑO
> EL DOSIER INFORMATIVO, DESARROLLO DE CONCEPTOS Y MATERIALIZACIÓN DE IDEAS
> CONSEJOS PRESENTACIÓN
> SEGUIMIENTO DEL DISEÑO
(EL DISEÑADOR GRÁFICO, ENTENDER EL DISEÑO GRÁFICO Y LA COMUNICACIÓN VISUAL”. RYAN HEMBREE, EDITORIAL: BLUME).
> EL DISEÑADOR
El diseño se define como el proceso previo de configuración mental, "pre-figuración", en la búsqueda de una solución en cualquier campo. Utilizado habitualmente en el contexto de la industria, ingeniería, arquitectura, comunicación y otras disciplinas creativas.
Etimológicamente deriva del término italiano “disegno” dibujo, designio, signare, signado "lo por venir", el porvenir visión representada gráficamente del futuro, lo hecho es la obra, lo por hacer es el proyecto, el acto de diseñar como prefiguración es el proceso previo en la búsqueda de una solución o conjunto de las mismas. Plasmar el pensamiento de la solución o las alternativas mediante esbozos, dibujos, bocetos o esquemas trazados en cualquiera de los soportes, durante o posteriores a un proceso de observación de alternativas o investigación.
Quienes se dedican a esta profesión tienen que enfrentarse diariamente a retos entre los que se cuentan la oportunidad de trabajar en proyectos muy distintos, ayudar a las empresas a crecer y promocionarse utilizando diseños que impliquen a su público destinatario, además de intervenir en los aspectos creativos que rodean la comunicación visual entre individuos. Éstas no son tareas fáciles y, por lo tanto, sería un grave error tomárselas a la ligera.
Los diseñadores deberían poseer tres rasgos personales inherentes a su trabajo: la emoción, la perseverancia y la profesionalidad.
La emoción alimenta el deseo de crear y nos motiva en los retos profesionales.
Para perseverar, debemos superar muchos obstáculos y retos. Como diseñadores nos vamos a encontrar diariamente con ellos; no siempre un proyecto será digno de ser presentado en un portafolio, como tampoco todo lo que hagamos recibirá el aplauso de nuestros colegas. Aun así, si somos capaces de mirar adelante y seguimos ayudando a nuestros clientes a resolver sus necesidades, sin importar lo anodino del resultado, habrá nuevas ocasiones para acometer proyectos más interesantes.
La característica más importante es la profesionalidad; la forma como tratamos y nos dirigimos al cliente, además de la manera como reaccionamos ante las críticas. El diseño está basado en la relación entre diseñador y cliente, fundamentado sobre los valores de la confianza, el respeto, la conducta ética y la integridad. En este sentido, lo mejor es dejar nuestro ego fuera de esta relación; no hay que cometer nunca el error de pensar que somos mejores o que sabemos más cosas que nuestros clientes. Al contrario, hay que ser humilde, independientemente del talento que podamos tener como diseñadores.
Además de poseer las características personales mencionadas, el diseñador completo debe ser capaz de adaptarse a los continuos cambios que sufren el mercado y los clientes.
El campo del diseñador gráfico:
• Impresión industrial: Impresión offset, serigrafía, tampografía, flexografía…
• Impresión digital: Inyección de tinta, laser, digital (plotters) …
• Entorno web: páginas web, tiendas virtuales, blogs…
• Otros: vinilo, diseño interior…
El campo del diseñador cerámico:
Impresión cerámica: serigrafía, impresora cerámica de chorro de tinta, rodillos…
Relieves o material gráfico (Impresión industrial, digital, paneles, entorno web…)
Etimológicamente deriva del término italiano “disegno” dibujo, designio, signare, signado "lo por venir", el porvenir visión representada gráficamente del futuro, lo hecho es la obra, lo por hacer es el proyecto, el acto de diseñar como prefiguración es el proceso previo en la búsqueda de una solución o conjunto de las mismas. Plasmar el pensamiento de la solución o las alternativas mediante esbozos, dibujos, bocetos o esquemas trazados en cualquiera de los soportes, durante o posteriores a un proceso de observación de alternativas o investigación.
Quienes se dedican a esta profesión tienen que enfrentarse diariamente a retos entre los que se cuentan la oportunidad de trabajar en proyectos muy distintos, ayudar a las empresas a crecer y promocionarse utilizando diseños que impliquen a su público destinatario, además de intervenir en los aspectos creativos que rodean la comunicación visual entre individuos. Éstas no son tareas fáciles y, por lo tanto, sería un grave error tomárselas a la ligera.
Los diseñadores deberían poseer tres rasgos personales inherentes a su trabajo: la emoción, la perseverancia y la profesionalidad.
La emoción alimenta el deseo de crear y nos motiva en los retos profesionales.
Para perseverar, debemos superar muchos obstáculos y retos. Como diseñadores nos vamos a encontrar diariamente con ellos; no siempre un proyecto será digno de ser presentado en un portafolio, como tampoco todo lo que hagamos recibirá el aplauso de nuestros colegas. Aun así, si somos capaces de mirar adelante y seguimos ayudando a nuestros clientes a resolver sus necesidades, sin importar lo anodino del resultado, habrá nuevas ocasiones para acometer proyectos más interesantes.
La característica más importante es la profesionalidad; la forma como tratamos y nos dirigimos al cliente, además de la manera como reaccionamos ante las críticas. El diseño está basado en la relación entre diseñador y cliente, fundamentado sobre los valores de la confianza, el respeto, la conducta ética y la integridad. En este sentido, lo mejor es dejar nuestro ego fuera de esta relación; no hay que cometer nunca el error de pensar que somos mejores o que sabemos más cosas que nuestros clientes. Al contrario, hay que ser humilde, independientemente del talento que podamos tener como diseñadores.
Además de poseer las características personales mencionadas, el diseñador completo debe ser capaz de adaptarse a los continuos cambios que sufren el mercado y los clientes.
El campo del diseñador gráfico:
• Impresión industrial: Impresión offset, serigrafía, tampografía, flexografía…
• Impresión digital: Inyección de tinta, laser, digital (plotters) …
• Entorno web: páginas web, tiendas virtuales, blogs…
• Otros: vinilo, diseño interior…
El campo del diseñador cerámico:
Impresión cerámica: serigrafía, impresora cerámica de chorro de tinta, rodillos…
Relieves o material gráfico (Impresión industrial, digital, paneles, entorno web…)
> EL PROCESO DE DISEÑO:
“El diseño consiste en encontrar
una idea brillante y materializarla de manera brillante”
Las propuestas de diseño más brillantes no aparecen por arte de magia.
Si bien es plausible que pueda producirse, y de hecho lo hace, un «eureka»
creativo en ciertas ocasiones, hay que considerarlo como algo raro. Además,
aunque se dé el caso de encontrar una idea brillante, incluso los más
experimentados diseñadores deben dedicarle tiempo para poderla materializar con
éxito. En general, el diseño gráfico consiste en encontrar la idea brillante
que refuerce la imagen del cliente, que promocione sus productos y servicios o
que permita transmitir un mensaje a un público destinatario de la forma más
efectiva posible.
A la hora de solucionar un problema de comunicación hay que llevar a
cabo un proceso de diseño meditado y estructurado a conciencia y desde el
principio.
La metodología que presentamos se basa principalmente en la exploración,
experimentación y, en última instancia, el discernimiento sobre las ideas que
conformarán la propuesta de diseño final de acuerdo con la tipología del
problema, por muy sencillo o muy complicado que éste pudiera llegar a parecer.
Esta idea, a la que nos referiremos como el concepto del diseño,
consiste en algo tan simple, tan lógico y tan acorde con el contexto en el que
se presenta el problema de comunicación que se convierte de manera automática
en la mejor forma de transmitir el mensaje deseado al público destinatario.
La comunicación visual depende en todo momento de hasta qué punto el
diseñador es capaz de adaptarse, entender y responder ante la situación
concreta para dar una respuesta efectiva a las necesidades del cliente. Lo más
importante es tener una visión poliédrica del problema y hacerse una idea de
todas las facetas que lo configuran. Cuanto antes se detecte lo que en realidad
caracteriza el problema, antes se podrá dar con las mejores ideas que nos
permitan establecer un camino que nos conduzca fuera del embrollo que el
diseñador tiene entre manos.
Hay muchas formas de encarar el proceso de creación del diseño. Aun así,
hay algunas competencias fundamentales como la investigación, la escritura y el
dibujo que deben ser comunes en cualquier proceso de creación.
> 1ª FASE: DOSSIER INFORMATIVO:
Una buena forma de empezar una investigación es responder una serie de
preguntas sobre el cliente:
• ¿Cuál es su trayectoria histórica y con qué motivo nos ha contratado?
•¿Cuáles son los valores principales del cliente que se quieren
comunicar?
•¿Cuáles son las ventajas competitivas del cliente?
•¿Qué es lo que distingue al cliente de sus competidores?
•¿Quién es el público destinatario?
•¿Cómo se beneficiará el público destinatario del producto o el servicio
que se le ofrece?
· Examine a
fondo todos los productos de marketing que pueda encontrar. El cliente nos los facilitará si se los pedimos
y, en ocasiones, incluso los podremos descargar o consultar desde su sitio web
en internet.
· Las
revistas del sector son una fuente de información muy importante
cuando se trata de conocer el perfil del público destinatario al que se dirige
el producto, a la vez que nos proporcionan información sobre la posición que el
cliente ocupa dentro del mercado en el que desarrolla su actividad. Esta
información es muy relevante a la hora de generar un tipo de letra, una paleta
de colores, de imágenes y de efectos gráficos, además de dar con el estilo más
apropiado para cada situación concreta.
· Aunque
internet resulta una herramienta cómoda de fácil acceso, no debe ser la única
herramienta de documentación del diseñador gráfico. Los contenidos que se
cuelgan pueden ser engañosos o fraudulentos.
· Las
reuniones preliminares, que tienen como objetivo recabar información para la
preparación del proyecto, consisten en encuentros cara a cara en los que pueden
participar empleados de ciertos niveles del organigrama o de todos ellos, si se
considerase necesario. Estas entrevistas ayudarán al diseñador a hacerse una
idea de los procesos y procedimientos que definen las actuaciones del cliente.
Son, por tanto, una oportunidad inmejorable para que el cliente explique al
diseñador cuál es la historia, la trayectoria recorrida y el objetivo de la
empresa, así como los objetivos concretos que se espera que cumpla la propuesta
de diseño encargada. Así pues, no hay que tener miedo a formular preguntas; dar
las cosas por presupuestas juega en contra de los intereses del diseñador, pues
el cliente lo atribuye a un exceso de arrogancia y a una despreocupación por el
contexto concreto (es decir, el problema concreto al que hay que encontrar una
solución comunicativa). En este sentido,
es recomendable demostrar siempre un interés patente hacia las explicaciones
del cliente, así como transmitir la idea de que deseamos fervientemente
convertirnos en su colaborador más allegado. Esto generará confianza
en el cliente, lo que hará que hable libremente y sin tapujos de sus
intenciones
> 2ª FASE: DE DESARROLLO DE CONCEPTOS
- 1. Definir el problema,Una investigación preliminar completa y exhaustiva proporciona una gran cantidad de información relevante para definir el problema de comunicación visual que se debe resolver. Por eso, una vez terminada la recogida de información, debería ser contrastada con la visión del cliente. Esto nos permitirá saber si la información recogida es correcta y nuestra idea de diseño se adecúa a las expectativas del cliente. En este sentido, la recogida de información sienta las bases de una solución para cada problema de comunicación visual concreto.
- 2. El desarrollo de conceptos, la parte más importante de un proyecto de diseño, tiene lugar en nuestra mente, no en la pantalla del ordenador. Esto hace que durante esta primera parte del proceso el diseñador desarrolle las ideas sin necesidad alguna de acercarse al ordenador. La mejor manera de dar con los efectos gráficos y las imágenes idóneas para transmitir el mensaje del cliente y atraer al público consiste en empezar por hacer muchos ejercicios de escritura y esquemas sobre el papel.
- 3. El diseñador como escritor. Al usar la palabra escrita sobre el papel, el diseñador consigue crear ideas elaboradas de gran sofisticación a partir de la combinación de las ideas fragmentarias que lo invaden. En general, es más fácil pensar en palabras que describan conceptos abstractos e incluso abstrusos para hacerse una idea adecuada de cuál es la mejor forma de recuperar dichos conceptos en forma de efectos gráficos y metáforas visuales de gran complejidad. Se cree que cuanto más rico es el lenguaje del diseñador, tanto más ricas y originales serán sus propuestas de diseño gráfico. En efecto, muchos de los grandes diseñadores gráficos de las empresas del creatividad más destacadas empezaron siendo redactores publicitarios o periodistas, como lo demuestra su capacidad de transmitir una idea con el mínimo de palabras posible.
- 4. Gestación de la idea. La técnica del brainstorming consiste en generar ideas lo más rápido posible. Se trata de escribir sobre el papel lo primero que nos viene a la cabeza, por muy irrelevante que nos pueda parecer, pues puede convertirse más tarde en el interruptor que encienda la bombilla de una idea genial. En este punto, el diseño consiste en llevar a cabo una criba de las ideas que nos parezcan poco efectivas, para quedarnos sólo con aquellas que estamos seguros que van a tener éxito. Las técnicas que presentamos a continuación, quieren ser una guía para los diseñadores en la búsqueda de esta idea genial:
- 5. Corriente de pensamientos/Asociación libre de ideas. Escriba sobre el papel cualquier palabra que le venga a la cabeza cuando piense en el proyecto de diseño. Emociones, colores, percepciones o frases enteras, todo acaba siendo apropiado y relevante para este ejercicio. Más tarde revise la lista que ha generado para descartar las ideas que se alejan claramente del objetivo planteado.
- 6. Cree un árbol de ideas (mapa conceptual). Los árboles de ideas ayudan a organizar de forma estructurada el torrente de ideas resultante del ejercicio anterior. Consiste en establecer un orden lógico que establezca algún tipo de relación conceptual entre las distintas ideas que tenemos en la cabeza. A medida que van apareciendo nuevas ideas vamos relacionándolas gráficamente con las que ya habíamos plasmado previamente sobre el papel. Para empezar, escriba sobre el papel dentro de un círculo el tema del proyecto de diseño; también sirve el nombre de la empresa o del producto. Ahora todos los pensamientos que tengan que ver con esta idea nuclear se relacionarán gráficamente con ella y las ideas posteriores se enlazarán con este segundo nivel y así seguiremos hasta que las ideas acaben siendo demasiado concretas o ya no guarden ninguna relación con la idea principal.
- 7. Utilice un diccionario general y un diccionario de sinónimos y antónimos. La naturaleza descriptiva de las definiciones de diccionario acostumbra a proporcionar ideas productivas a los diseñadores, así como pistas para posibles soluciones. Además de ayudarnos a entender la terminología que usa el cliente, los diccionarios son una herramienta imprescindible para traducir conceptos verbales en símbolos y metáforas visuales. Escriba la definición de cada palabra que resulte de los ejercicios anteriores. A continuación subraye y copie aquellas palabras de la definición que le parezcan significativas. Haga una nueva lista con estas palabras, busque sus definiciones en el diccionario y finalmente consulte un diccionario de sinónimos para encontrar palabras relacionadas con cada voz de la nueva lista.
- 8. Combine ideas dispares. En latín el verbo pensar es cogitare, que significa literalmente «mezclar todo junto». Si cogemos dos palabras obtenidas a partir de los ejercicios mentales anteriores y las combinamos, obtendremos resultados realmente sorprendentes. Uno de los principales promotores de este método de creación de ideas fue Paul Rand, que lo bautizó con el nombre de «combinación de ideas» (combinatory play). Rand creía que cuanto más infantil fuera el diseñador a la hora de mezclar ideas dispares, más única y original sería la idea resultante, sobre todo si esta técnica se aplicaba durante la fase de esbozo del proceso de diseño.
> 3ª FASE: MATERIALIZACIÓN DE IDEAS
Visualizar las ideas
El dibujo resulta esencial a la hora de dar con soluciones de diseño,
puesto que lo que tenemos que hacer es plasmar las ideas escritas en imágenes
que comuniquen con el cliente. Ésta es la razón principal por la que todos los
diseñadores deben poseer y cultivar el dibujo como habilidad fundamental. Poner
sobre el papel las ideas en su forma gráfica debería ser siempre el primer paso
del proceso creativo, pues nos permite recrear lo que vemos en nuestra mente
además de explorar de qué forma se perciben las formas, las líneas, el
contorno, la textura, los tonos, la profundidad y los colores. Por otra parte,
los esbozos permiten que el diseñador y el cliente se puedan hacer una idea del
aspecto del diseño final con una gran antelación. El esbozo es la parte del
proceso que los diseñadores utilizan para visualizar y explorar conceptos
diversos. Los esbozos permiten al diseñador tomar una decisión sobre cuáles son
las mejores ideas y en qué elementos, como la perspectiva, el tema y la
composición, hay que concentrarse más antes de presentar la propuesta al
cliente o de digitalizarla en el ordenador. Si bien es verdad que muchos
diseñadores utilizan aplicaciones informáticas como I Adobe® Photoshop®, InDesign® e Illustrator®
para llevar a cabo sus ideas, estos programas no resultan suficientes para
llegar a ser un buen diseñador, pues el fundamento básico de cualquier diseño
es un concepto sólido.
Esbozos
Los esbozos son unos dibujos pequeños, hechos a toda prisa y en una
rápida sucesión. En ellos se exploran y se ponen a prueba elementos como la
forma, la composición, las relaciones espaciales, la posición del texto e
incluso el tratamiento gráfico, para determinar si una idea es válida o si
necesita trabajarse más. Muchas veces, hay que dibujar docenas y a veces
centenares de esbozos para validar con criterio uno en concreto. Aun así, está
demostrado que los esbozos son la mejor forma de validar una idea de antemano,
sobre todo antes de intentar buscar la imagen perfecta, tratarla y retocarla en
el ordenador, sólo para darnos cuenta al final de que no se adecúa con las
necesidades que tenemos entre manos. En efecto, la experimentación que conlleva
la realización de esbozos es clave para cualquier proceso de diseño serio, ya
que todo el tiempo que se invierte en esta primera fase repercute en un ahorro
de tiempo en el contexto global del proceso.
Vender la idea
El siguiente paso obligatorio en el proceso de diseño es presentar nuestras
ideas al cliente para que éste nos dé su opinión. El diseñador debe ser capaz
no sólo de hablar de forma inteligente sobre su trabajo y la filosofía en la
que éste se inscribe (si se siguen las pautas del dossier creativo, el diseño
dará respuesta a las necesidades y los objetivos del cliente), sino que también
debe ser capaz de demostrar que su solución visual es adecuada y funciona. Con
el fin de generar ilusión, aceptación y aprobación las ideas deben ser
digitalizadas y retocadas en forma de maquetas a todo color que permitan al
cliente hacerse una idea del aspecto que tomará la solución final. En aquellos
casos en los que la solución implique el uso de algún tipo de proceso de
impresión especial o un proceso de ejecución totalmente original, el diseñador
no debe limitarse a explorar los costes de este tipo de diseño y su
factibilidad, sino que también deberá presentar muestras que avalen su
propuesta.
Presentar las soluciones de diseño
Las presentaciones ante el cliente acostumbran a ser un ejercicio de
equilibrio por parte del diseñador puesto que la estética y el pragmatismo
convergen cuando se trata de llevar a cabo una propuesta de diseño. El deseo de
elaborar una propuesta que rompa moldes y que sea digna de un premio entra atención
a la hora de jugar con la distribución de los elementos para conseguir que
comunique el mensaje que se quiere transmitir. Es también muy importante que el
diseño pueda reproducirse a gran escala. Independientemente de lo innovador o
creativo que sea el diseño, si una propuesta no puede producirse en cantidades
industriales dentro del presupuesto del que se dispone, dicha propuesta deja de
ser una buena solución al problema visual del cliente. Así pues, determinar
esto lo antes posible.
La mayoría de los diseñadores llevan a cabo sus diseños finales en el
ordenador, puesto que esto les ayuda a explorar rápidamente las múltiples
variaciones que puede ofrecer la propuesta artística final. El diseñador
experimentado utiliza las aplicaciones para presentar al cliente «muestras en
bruto» del producto final. Las más utilizadas son las siguientes: Adobe®
Photoshop®, que es la herramienta por excelencia para la manipulación y la
edición de imágenes; Illustrator®, que resulta ideal para crear formas artísticas
vectoriales como los logos o los documentos de una sola página, y, por último,
InDesign®, que está pensado para ser utilizado en la composición de páginas y
en la edición de publicaciones extensas en general.
Cuando se lleva a cabo un diseño, se deben tomar en consideración
aspectos prácticos como los procesos de impresión o los métodos de
distribución. Es importante, pues, estar al corriente de los precios que se
barajan en el mercado de la imprenta y la reprografía de nuestro entorno. En
este sentido, poder enseñar a la imprenta un prototipo detallado de la forma
fina que tomará el diseño, incluyendo el tipo de papel y las técnicas de
impresión deseadas, hará que sea más fácil para ellos elaborar un presupuesto
que se adecué a las posibilidades económicas del cliente.
>4ª FASE FINAL: CONSEJOS PARA LA PRESENTACIÓN
Presentar ideas a un cliente,
sobre todo cuando se hace por primera vez, es una experiencia que pone a prueba
los nervios del diseñador. Después de horas o días de trabajo, el diseñador y
el cliente se encuentran cara a cara, a veces en presencia de un comité, para
discutir la evolución del proceso y explorar el camino hacia la solución del
problema visual. Los diseños que se presenten serán debidamente revisados y
evaluados por el cliente. A continuación, presentamos una serie de consejos que
pensamos que pueden ser de gran ayuda a la hora de llevar a cabo una reunión de
presentación satisfactoria y productiva para ambas partes:
1. La nitidez es importante
Los elementos que se muestran
en los paneles de la presentación deben estar debidamente alineados o situados siempre
en el mismo punto del panel en el caso de que haya más de uno. Hay que tener
presente que los elementos distribuidos en ángulos diversos, atraen demasiado
la atención del cliente y le impiden seguir el hilo de la presentación.
Asimismo, deben eliminarse totalmente de los paneles las anotaciones en lápiz y
el exceso de pegamento.
2. Presentar muestras de
materiales y técnicas de impresión especiales
Si un diseño cuenta con algún
tipo de técnica de impresión especial, como las tintas metálicas, los estucos,
las fornituras y gofrados, es necesario proporcionar al cliente una muestra de
cada una de ellas. En el caso de los diseños doblados o de los documentos de
múltiples páginas, es recomendable hacer una maqueta prototipo para que el
cliente se haga una idea del aspecto final del diseño.
3. Confiar en uno mismo
Hay que ir a las reuniones con
el cliente en calidad de experto en diseño. Debemos estar preparados para
responder a sus preguntas y dar explicaciones sobre el proceso mental que se
esconde tras los diseños presentados. Al hablar, debemos hacerlo sin titubear y
con corrección.
4. Estar preparado
A la reunión hay que llevar
algo para escribir, una libreta y el material del proyecto. Se debe teñera mano
todo el material con el que hemos trabajado para que podamos recurrir a la
filosofía que sustenta el diseño.
5. Enseñar sólo las mejores
ideas
Nunca hay que llevar a una
reunión un trabajo que no queramos que el cliente escoja, pues podría ser el
elegido. Siempre presentaremos nuestra propuesta favorita en primer lugar.
6. Presentar soluciones
alternativas, no variaciones sobre un mismo tema
A los clientes les gusta poder
escoger entre ¡deas distintas. Así pues, enseñarles un mismo concepto de diseño
presentado en tres esquemas de color distintos o con pocos cambios
verdaderamente sustanciales no es una buena forma de vender el producto.
7. No avasallar al cliente
Enseñar demasiadas opciones
puede dificultar sobremanera la toma de decisiones del cliente. En general, es
recomendable limitarse a sólo tres o cuatro opciones.
8. Colaborar en el proceso de
toma de decisiones
Potenciar la sensibilidad de
los clientes por el diseño es una parte importante del proceso del diseño
gráfico. De hecho, es la razón principal por la que se ha contratado un
profesional. Si el cliente tiene dudas o dificultades a la hora de decidirse
por un diseño, debemos ayudarle a escoger aquella opción que consideremos más
apropiada para sus intereses. En aquellos casos en los que el diseño dependa de
más de un diseñador, hay que asegurar un acuerdo entre los diseñadores acerca
de la mejor solución y mantenerse firme en ella.
> HACER UN SEGUIMIENTO DEL PROCESO DE MATERIALIZACIÓN DEL DISEÑO
El diseño consiste muchas
veces en una negociación de ideas entre el diseñador y el cliente, lo que
comporta que no siempre se escoja la mejor idea para llevarse a cabo. Mantener
un seguimiento del proceso de diseño, ya sea mediante una carpeta o mediante
una libreta de esbozos, ayuda a guardar las ideas que no se han utilizado en
una ocasión para utilizarlas en el futuro. La catalogación de proyectos también
resulta clave a la hora de decidir sobre la autenticidad o la propiedad de un
proyecto original o el momento en el que éste fue creado.
Hay que recordar en todo
momento que el diseño de calidad persigue el objetivo de conectar con una
audiencia determinada. A este efecto, es muy importante que llevemos a cabo un
dossier creativo en colaboración con el cliente de cara a reunir toda la
información relevante para conseguir que el proyecto sea un éxito seguro desde
el principio. Esto nos permitirá, sobre todo, no tener que perder un tiempo
precioso rehaciendo propuestas en medio del proceso.